domingo, 5 de julio de 2009

De cómo romper la dieta te puede arruinar el día

¿Estás a dieta? Ahí va una ayuda para que resistas la tentación. Otra pequeña historia.
Desayuné ligth, pero luego del largo viaje vuelvo a tener hambre, lo cual es más peligroso porque ahora en el camino pararé en el quiosco "por una barrita de cereal"... Entre ése pensamiento y la enunciación "deme un marroc" hubo algo que se perdió en el intrincado y misterioso camino de la sinapsis neuronal sin glucosa.
Salgo del subte, obviamente desenvolviendo la golosina. Ya estoy llegando tarde, y a media cuadra de la parada del autobús, veo que se acerca; pero otra vez entre la orden mental "debería correrlo" y la acción física real, no hay una buena química. Despúes de todo...¿Quién corre mientras está comiendo un chocolate?
Estos pequeños acontecimientos encadenados, implicaron un efecto dominó interesantísimo para el resto del día: llegar tarde al lugar 1, luego al 2, y así sucesivamente, bancándose variadas consecuencias, especialmente en lo relacionado al presentismo.
En fin, mientras se acerca el mediodía, pienso: "Ahora debería almorzar una ensaladita..." habrá que ver que dice mi boca...