domingo, 4 de julio de 2010

Prácticos apuntes sobre jardinería

Cuando uno decide hacerse a la conquista de su jardín luego de varios meses invernales de no pisarlo, se puede volver un terrotorio hostil y salvaje. Las hojas han caído en el otoño y juntarlas se vuelve un trabajo arduo, y, casi riesgoso. He aquí lo que acabo de descubrir:
- Primero y principal, el árbol tiene MUCHAS hojas. Es importante saber eso.
- Las mismas al caer, anegan la canaleta de desagüe, y recorrerla para juntarlas es casi como viajar por el lecho vacío del paraná en época de baja marea.
- Las arañas que viven atrás del laurel deben haber descubierto la nanotecnología o algo, porque sus telarañas casi que pueden atraparme.
- Los rosales pueden inmovilizarte literalmente entre sus espinas, provocando un cepo digno de llamar al 911 para que te rescate.
- Muy lindo el plan de hacerse una abonera, pero hacer un pozo resulta una cuestión solo para audaces. Pésima idea...además la pala hace saltar el esmalte de uñas.
No puedo seguir describiendo mis peripecias porque el barro se me está secando y me tengo que ir a bañar, básicamente la lección del día es: si tenés un jardín salvaje como el mío, nada mejor que procurarse un jardinero, preferentemente como el de la serie "amas de casa desesperadas".