Señora en la cabina del teléfono colindante:
"Ay no sabés! parece un KREMLIN, todo lo que le das come!"
En el vestuario del club, otra vez, la misma señora de siempre, genia total:
"Mi hija me salio monja, entonces la mandé a la escuela de modelos para que desfile en malla"
En un bar, frente a la Facultad, jóvenes universitarios militantes del prologuismo eterno, al celular:
"Militá un poquito!!! Repartí un volante te pido!!!"